Elaboración del comentario crítico
Texto: Cartas a quien pretende enseñar de
Paulo Freire
Por: Kathia Inés Hernández López
La
realidad de quien pretende enseñar: Maestros(as), es precisamente a quien se dirige Paulo Freire en el texto:
Cartas a quien pretende enseñar, incluyéndose en ello como maestro, a la vez
que critica el autoritarismo y la manipulación acerca de la práctica de
la educación, la fragilidad de los vínculos humanos para el logro de la
“calidad de educación” y transformación de ella; así mismo cuestiona el estado de vida poco digno de los maestros
y maestras, como la justificación que hace el “sistema” de ser ellos (los
maestros(as)) obstáculos para la consecución de políticas educativas,
llegando a ser estas afirmaciones y “verdades” aceptadas por la sociedad, y
reafirmadas en la baja estima
profesional a quienes tienen como
facilitadores de aprendizajes sin dialogarlos.
En
la búsqueda de una formación integral para los educadores, Paulo Freire,
rescata el valor de su experiencia, creatividad e inteligencia como materia
prima de su propio proceso educativo en “la unidad de la teoría y la práctica
para la reflexión y perfeccionamiento pedagógico” como derecho y condición de ser
en su ejercicio profesional, olvidado por el mismo educador en el afán de
conseguir mejores condiciones económicas.
Freire
se refiere a estos dos temas:(des)profesionalización y (des)valoración,
proponiéndonos reflexionar sobre el amor como parte integral de la calidad en
el educador y en el estudiante, desde la expresión de “tía”, como sustitutivo
de maestro(a), del cual puede evocar una significación distinta al de la
persona que enseña y si, vincularse con alguien cercano a la familia,
prestándose para confusión.
El
texto Cartas a quien pretende enseñar, lo componen diez temas, presentados por el autor en diez cartas que fortalecen la trayectoria
fundamental de Paulo Freire, tan cuestionado por ello, como son: Diferencias
entre enseñar y aprender, Las fuentes (y la aceptación) de la inseguridad y el
miedo, La opción por el magisterio, Las cualidades del buen educador, El primer
día de clases, La relación entre educadores y educandos, La diferencia entre
hablar al educando y hablar con él, Los vínculos entre identidad cultural y
educación así como entre contexto concreto y contexto teórico, El tema crítico
de la disciplina.
En
la primera carta La relación enseñar-aprender. Lectura del mundo- lectura de la
palabra, manifiesta la necesidad de la
formación del maestro, la capacitación y preparación un proceso de graduación
permanente y continua de quien enseña. Así como leer, va amas allá de
repetir fragmentos de textos, la enseñanza,
tampoco es trasmitir conocimientos; leer no es fácil, pero trae satisfacción al
descubrir lo que era oculto en la relación del objeto comprendido en la lectura
crítica y la relación con los otros,
tanto de la lectura de la palabra como
de la del mundo.
En
la segunda carta, Freire trae a relucir
el temor e inseguridad que paraliza, en este caso de lo abstracto en textos que
no se logran comprender; “lo difícil” de ello que te lleva a renunciar al disfrute que puede
llegar a ser por ejemplo la comprensión del objeto y los objetos en relación
leídos. El miedo (en el sujeto) a enfrentar lo desconocido (situación u objeto
que provoca el miedo) no tiene edad; desconocer las razones, impide
enfrentarlo, impide acercamiento al conocimiento.
Cuando
el estudiante lee a quien pretende enseñarle y encuentra en él, ese dispositivo
para aprender y enseñar, que le ofrece los medios para hacerlo a través de la lectura de la palabra, del mundo como
texto, en medio de dificultades, miedos, y superarlos, se podría pensar en un
maestro(a) para quien el magisterio no fue su última opción de “vida”. La
tercera carta hace alusión a ello, hacer las cosas que nos gusta, hacer con
amor nos permite disfrutarlo, a diferencia de quienes expresan “Vine a hacer el
curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad” u oportunidad, porque me
toco.
La
actitud del lector ante la comprensión del texto es importante, debe reconocer
su capacidad de respuesta y tener conciencia que no puede huirle, más bien
“armarse” con los instrumentos que todo aquel que estudia debe aplicar
pacientemente; no es fácil por ejemplo que mientras haces la lectura protegido
de los instrumentos, en tu lectura comprendas objetos y a su vez sujetos que
decidieron rendirse, su elección por la
comodidad fue su preferencia, antes que llegar a la inteligencia como fin de
quien estudia. La lectura es más que signos en textos, implica responsabilidad
ante quienes se enseña ya que ellos también leen a quien pretende enseñarles;
sus problemáticas constituyen y reconstruyen lenguajes escritos leídos y
hablados, las consecuencias de la lectura crítica harán posible la tolerancia
de quienes toman decisiones distintas y como dinamizador para el logro de metas
en medio de obstáculos, que la educación bancaria prefiere para dominar.
Educar
tiene consigo “ser ejemplo, molde y modelo” social, y político; en
la escuela se simula y reproduce
la realidad social. En quien enseña y aprende está la gran
responsabilidad de transformar realidades desesperanzadoras, transformarlas a
partir de su ser como texto de quien aprenda de él se enamore de la educación.
Al
iniciar la lectura del texto Cartas
a quien pretende enseñar de Paulo Freire, sonó interesante su título, la
palabra “pretende” incita a repetirla
una y otra vez, tenía una significación personal: “aspirar a algo muy por
encima de” y es que quien pretende enseñar hoy: Maestro(a), tiene un gran desafío, sobre todo enseñar a
la infancia y adolescencia en la modernidad y en situaciones poco favorables…es
ser protagonista, en medio de la
relegación en que el sistema político, económico y social tiene al
educador… ¡es un reto y un honor!
Freire
se refiere a que no es extraño que tanto para los estudiantes, desde la más
corta edad, hasta quienes cursan posgrados, la expresión “esa lectura es
difícil” se hace voz en las aulas de clases y en sus propias vidas; la apatía
por la disciplina en el uso de herramientas como los diccionarios y otros
textos de consulta sigue convirtiéndose
en una carga, porque la escritura como la lectura no han sido ofrecidas como
“una razón de existir” en los seres humanos, es una obligación en la “sociedad
cognitiva”, es leer de lo que se va a
calificar, no a disfrutar.
Hoy
el “entrenamiento” de la lectura y escritura sin sentido desde la primera
infancia, ha olvidado la oralidad con la
cual se relaciona; leer y escribir significa responder a unas pruebas y a unos
formatos, tanto para quien aprende y para quien pretende enseñar. Las marchas
con las cuales se busca conseguir reivindicación de la dignidad de los maestros(as),
deberían ser una razón para dialogar, leer objetos en su interacción,
comprender, criticar, escribir, pero distan de serlo, esta lectura se le deja a
los medios y a otros profesionales que lo hacen desconociendo verdades
sociopolíticas y económicas dominantes en las cuales están sumergidos también
por la ausencia de la lectura crítica, se ahogan contemplándola y
reproduciéndola.
Para
quien pretende enseñar, hacer de su graduación un proceso constante de lectura
del mundo, de sí mismo y de otros como textos, capacitándose constantemente,
aprendiendo, es costoso; es entrar en una lucha entre “la realidad y la verdad
que puede liberar y alentar” a través de la enseñanza critica con lecturas difíciles,
en lo cotidiano, sin oportunidad de
abandonar en las dificultades de lo abstracto lo que puede ser placentero, si
se estimula y aplican instrumentos necesarios; seria contribuir a nuestra
historia social en la pretensión de enseñar y aprender hoy a hablar, escribir y
leer en la relación social.
Un
maestro convencido, convence de su reconocimiento, un maestro transformado,
transforma; un maestro que convierte la capacitación en un proceso personal,
constante, no se rinde ante el miedo de los obstáculos, sino que reconoce sus
debilidades, usa los instrumentos para
enfrentarlos y alcanzar el éxito propi y de quienes enseña, es un maestro que
lo enseña, que logra ver en sus estudiantes la superación de los obstáculos de
estudio y de oportunidades para su proyección de vida futura, es un maestro que
se le reconoce como indispensable socialmente por su labor y función en la
lectura y escritura del mundo y de los mundos.
La
criticidad permitirá expresar la lectura de textos con escrituras que respetan
las diferencias, ya no como espectador, sino como autor y actor responsable de
proyectos de vida institucional humanístico ético.
Es importante anotar
que la intención del autor sigue cobrando vigencia en nuestra época e
influyendo en otros escritores y
pedagogos que de una u otra forma
enriquecen con sus críticas y reflexiones la educación, y a quienes
pretendemos enseñar hoy. Un ejemplo de ello es el aporte que hace Diego Fernando Barragán
Giraldo con su escrito: Textos difíciles y lectores incapaces, en el que toma la
voz de William Ospina para expresar: “yo creo que no se trata de que alguien
finalmente lea un libro, el desafío está en iniciar a alguien en una vida para
lo cual los libros sean luz y compañía, tengan la frecuencia de un alimento y
la confianza de una amistad”.
Visionar
como maestros(as) que “la lectura y la
escritura sean una razón de existir” en el dialogo y las relaciones, es
cuestión de transformarme primeramente yo, Gadamer se refiere a la lectura como
la posibilidad de conocer, tomar decisiones más libres, dejando de ser
ignorante, refiriéndose a la importancia de los procesos en lecto-escritura desde la primera infancia para la formación en
la toma de conciencia crítica, un reto para la
transformación social.
Continuar
siendo “dominados”, relegados en la toma de decisiones de políticas educativas
y en general, vivir atemorizados por la normatividad o frustrados por los
resultados educativos presentes sin esperanza posible de mejorar a futuro, hace
parte de la lectura que hacemos y como la hacemos, está en nuestro pensamiento,
por lo tanto es acción, es palabra, es historia y presente, es aprender a hacer.
Nuestros
niños, niñas y jóvenes, que son nuestra “sociedad”, nuestro mundo, nuestro
valor incalculable, requieren con urgencia ser formados en la escritura,
lectura, sin descuidar la oralidad en que la autonomía, la responsabilidad para decidir como ciudadanos y
proyectarse sea benéfica personal y socialmente, a partir de las habilidades
comunicativas, haciéndoles partícipes, críticos
en la colaboración, en la
convivencia, dejando de ser cosas dominadas e individuales, iguales en el
pensar y actuar como modelo tradicional, favoreciendo a quienes dominan y
marcando aún más las carentes oportunidades a partir de la reflexión y el
dialogo.
Es
usted y yo, nosotros, quienes podemos hacer posible que las oportunidades y la
equidad sean una realidad, los valores en la humanidad no sean utopía ni viaje
a donde no anclar, el pensar en un proyecto de vida sea social, más que
individual, a partir de las propuestas educativas nacientes de quienes
pretendemos enseñar y no de quienes desconocen esa realidad: Educar y Formar
para transformar realidades, en que enseñar es un honor, un privilegio, un
viaje en que avanzar e iniciar… es enseñar a ser personas entre personas con
dignidad, con derechos, y con responsabilidad social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario