lunes, 27 de abril de 2015

Comentario crítico: de la práctica investigativa a la epistemología-Kathia Inés Hernández López



Comentario Crítico: Pensar la educación desde la experiencia

Autor: Fernando Bárcena, Jorge Larrosa y Joan-Carles Melich Sangra

Por: Kathia Inés Hernández López

Comentar la posibilidad de la pedagogía de la experiencia, a partir del  texto: Pensar la educación desde la experiencia,  logra ubicar al lector en las distintas dimensiones de lo pedagógico y del pensamiento de la educación, desde distintos lugares o escenarios en los que tradicionalmente es considerado educativo; los autores como profesores conocedores, e investigadores en ello, hacen un recorrido por pensamientos de escritores reconocidos que vienen desde Platón, Descartes, Locke y Kant, respecto a la interpretación que el sujeto haga de sus situaciones, como de la elección, significación y sentido, de la tradición del pensamiento, según al ámbito de aplicación; los autores del texto en mención logran su propósito: reflexionar acerca del sentido de la vida humana, el lenguaje que en su relación se da, comprenderla y así neutralizar, transformar a partir del dialogo.

  Para  los autores, Fernando Bárcena, profesor de filosofía de la educación, ensayista y autor de libros entre otros: La educación como acontecimiento ético, escribe la primera parte del texto: La educación y el regreso de la experiencia, haciendo alusión al planteamientos como el de Zizek, en su libro ¿ Quién dijo totalitarismo? Entre otros, cuando se refiere a” en vez de permitir pensar, obligándonos a adquirir una visión de la realidad histórica que describe, nos descarga del deber de pensar e incluso impide todo pensamiento crítico e independiente”.

 Jorge Larrosa, profesor, licenciado en filosofía y doctor en pedagogía, autor del ensayo sobre Lenguaje, subjetividad y educación, una de sus obras, escribe la segunda parte del texto: La educación y el arte de la conversación, se refiere al lenguaje como todo lo que somos, y por lo cual existimos en el mundo, elaborada junto con otros en el sentido de lo que nos pasa.

  Y Joan –Carles Melich, con doctorado en filosofía y letras, escritor de obras como Antropología simbólica y acción educativa, pone  en manifiesto la ineludible situacionalidad y relacionalidad de los seres humanos en sus mundos, en  la tercera parte del texto: La educación y la experiencia de la finitud, en la dimensión ética del accionar educativo.

Fernando Bárcena, hace referencia a la llamada calidad de educación,  a la sociedad del conocimiento como fórmula mágica, en que se impone la política del silencio y las posibilidades de crítica se confunden como reaccionario; propone el uso de los recursos de la sociedad de la información a la vez de la práctica  reflexiva, en que la sociedad educativa no puede pensar de forma idéntica para ser buenos ciudadanos, diferencia cognición de pensamiento.

Es posible pensar en la pedagogía de la experiencia, asociada con un pensamiento de educación, a partir de un estudiante y un maestro nuevo, sano, en la regeneración moral, desde modificar las motivaciones; pensada desde la experiencia en que todo no se puede controlar, varia, se confronta con lo nuevo, con lo extraño  posibilitando un  comienzo, un nuevo conocimiento, a partir de la creación del sentido que se puede perfeccionar a través de la experiencia de realidad y la experiencia de la trasmisión de la realidad, practica distinta a la pedagógica en que la sensibilidad se disminuye por la competencia(saber-hacer), capacitación  para el mercado, más que en la experiencia de formación(saber-expresar).

De los encuentros para el intercambio conversacional, Jorge Larrosa, se refiere a la gigantesca maquinaria de fabricación y circulación de informes, pero surge la inquietud respecto al lenguaje, razón de ser de pensar y de la experiencia de como se dice, lo que se puede decir o no en la relación con los otros y consigo mismo en la que posiblemente deja de existir la subjetividad por los dueños de los fabricantes de “realidades” y “verdades”, que desde la educación se consumen, por lo cual sería importante un lenguaje que permita  vivir en el mundo, hacer la experiencia y junto con otros elaborar el sentido de lo que pasa, que no sea independiente de quien lo diga o lo escuche.

El ser humano es sociable, vive en relación con otros, Joan-Carles Melich Sangra, en la tercera parte del texto se refiere a los seres humanos como ineludiblemente seres en el mundo y, por lo mismo, con los demás, para los demás y frente a los demás, agrega que no hay texto sin contexto, quiere decir esto que la interpretación es inseparable de la vida humana en que cada situación es momentánea, es decir pensar en la posibilidad de una pedagogía de la finitud es considerar la existencia humana, como un momento histórico que no puede ser capturado y la ética como el modo en que unos con otros en su relación con los demás responden con sentimientos, responsablemente, sensibles ante las posibilidades de los contextos.

Desde la pedagogía de la experiencia, pedagogía de la finitud se posibilita el trato a cada estudiante, ser humano como lo que es, un ser singular, único e irrepetible, en la medida en que se cultive la escucha a los estudiantes, comprenderle y respetarle, salir de uno mismo y orientarse hacia el otro, dejar de ser individualistas y pensar en la existencia del otro y otros, que las situaciones difíciles, humanas. No tienen respuesta técnica, ni un tiempo exacto en que se den.



En el actual sistema educativo, las practicas pedagógicas se fundamentan legalmente en dar respuesta a lo cognitivo, dejando de lado al sujeto y su pensamiento, que lee  e interpreta las realidades, situaciones para reflexionar y dialogar respecto a su significación y a la de otros, haciendo uso de la capacidad de decisión  sobre el cómo utilizar ese conocimiento y transformar favorablemente el mundo en el cual está inmerso como sujeto en la intersubjetividad de su relación existencial social.

Por lo tanto se requiere en pensar en la posibilidad de la pedagogía de la experiencia, en un lenguaje que ustedes, nosotros y yo lo hablemos en nuestro propio nombre, sentir, saber que hablamos de nosotros, con alguien y para alguien, desde nuestra practica pedagógica, investigativa y vida personal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario